Alejandro Caminer

¿Cuál es el antídoto para la vergüenza?

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“Cuando cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian”  Desde que leí esta frase en un libro de Wayne Dyer, se convirtió en un mantra que me conecta con mi lado estratega. Si en una situación no eres quien necesitas ser o si tu posición frente a algo no es la adecuada pregúntate ¿Qué es lo que no estoy logrando observar?, ¿Qué requiero reformular para alinearme y empoderarme? Lo importante es creer en la existencia de nuevas perspectivas, que pueden ser desarrolladas mediante nuevos conocimientos y/o la guía de mentores especialistas. En un artículo anterior, Alejandro Caminer mencionó 3 emociones que usualmente limitan o determinan el comportamiento humano: el miedo, la vergüenza y la culpa, él explicó la primera emoción, así que en este artículo hablaré sobre la segunda y la tercera.  Si la vergüenza es una palabra incómoda para algunos vale preguntar… ¿De qué manera la puedes resignificar para que aporte a tu empoderamiento personal?  ¿Cuál es el antídoto para la vergüenza?  Para contestar estas inquietudes deseo citar lo compartido por la reconocida investigadora y storyteller Brené Brown, quien en sus charlas TED aporta interesantes reflexiones y nuevas perspectivas sobre la vulnerabilidad, la vergüenza y la culpa. El primer concepto fue abordado en un artículo previo, ahora lo haré con los 2 siguientes. En su segunda charla TED, Listening to shame, Brené comenta que después de su primera intervención tuvo infinidad de invitaciones para dar charlas sobre innovación, creatividad y cambio, con el pedido puntual de que omita las palabras: vulnerabilidad y vergüenza; pero como investigadora afirma que la vulnerabilidad es el lugar de nacimiento de la innovación, la creatividad y el cambio ¿lo habías visto de esa manera? en la creación de algo nuevo hay vulnerabilidad al igual que al aceptar el cambio. Brené aprendió sobre la vulnerabilidad investigando la vergüenza y la culpa. Al buscar en el diccionario encontramos que la vergüenza es un sentimiento de incomodidad producido por el temor a hacer el ridículo ante alguien, mientras que la culpa es una sensación interna permanente de haber hecho algo malo. La primera está centrada en uno mismo, dice “soy mal@“ mientras que la culpa se basa en el comportamiento, dice “hice algo mal”, ambas surgen de nuestro interior. Brené afirma que la vergüenza es como un gremlin que nos dice cosas como:  no eres lo suficientemente buen@ nunca terminaste el master te dejó tu espos@ sé lo que te sucedió de niñ@ sé que no te crees lo suficientemente guap@ o inteligente o talentos@ o poderos@ sé que tu padre nunca te prestó atención, incluso al alcanzar tu cargo actual etc.   ¿Quién es ese crítico interno riendo y señalándonos? ¡Yo misma y tú mismo! La vergüenza nos repite 2 argumentos: “Nunca eres lo suficientemente buen@“ y “¿Quién te crees que eres para hablar de eso?”.  Como lo dije al inicio, hay momentos en los que requerimos mirar y actuar desde otra perspectiva, este es uno de ellos. Se aprende a vivir viviendo Cuando tenemos una experiencia retadora, entramos como en un campo de batalla, desafiados por el miedo y la incertidumbre, nos esforzamos con osadía, sudamos, caemos, nos golpeamos, sangramos, nos herimos por fuera, a veces nos rompemos por dentro, afloran dudas y emociones, luego nos reponemos, nos levantamos y seguimos afrontando sin saber el fin de esa historia, mientras que ese crítico interno no para de hacer juicios que pueden desempoderarnos. ¿Es posible callar esa voz que no deja de criticarnos? De niños escuchamos personas que juzgan a otras y lo aprendemos sin la consciencia de que estamos incorporando a un “crítico de planta” en nuestras cabezas que empezará a juzgar cada uno de nuestros movimientos mediante un parloteo interno que termina siendo agobiante. Frente a ello tenemos 2 caminos, escuchamos y aceptamos esas críticas o cuestionamos su verdad declarando lo que realmente nos edifica; si bien esa voz va a permanecer, nuestra actitud frente a ella puede contrarrestar su impacto. Concluir que en la vida no hay errores, solo hay decisiones, me ha ayudado a mirar mi mundo y el de otros de manera más amable, sin que la vergüenza y la culpa me paralicen. Usualmente tomamos decisiones según nuestro mejor criterio en ese momento, pero a nuestro yo del presente se le hace fácil criticar las acciones del yo del pasado, llevándonos a sentir que no fuimos lo suficientemente efectivos (vergüenza) e hicimos las cosas mal (culpa), llevándonos al camino del arrepentimiento e intranquilidad presente por algo del pasado, con lo que tenemos una combinación emocional algo densa que necesitamos gestionar para recuperar el equilibrio. ¿Cuál es el antídoto para volver al equilibrio? Para que la vergüenza crezca se necesitan 3 cosas: secretismo, silencio y juicio. En nuestra cultura la vergüenza es una epidemia y para encontrar un camino para salir de ella, debemos entender cómo nos afecta y cómo nos conectamos con los otros. Considero que el primer componente del antídoto es la mezcla de dulzura y compasión hacia uno mismo; aceptando que en el fondo todos necesitamos aprender y solo lo logramos arriesgándonos al supuesto fracaso y a las críticas; al aceptarnos con dulzura, podemos aceptar a otros que están pasando por algo similar y entenderlos sin juicio, lo que abre la puerta a la empatía, las palabras más poderosas cuando estamos en esta lucha son: “yo también”,  o “a mí también me pasa”, la empatía tiene el poder de desvanecer la vergüenza. Relación entre fracaso y vergüenza ¿Cuál es el secreto de las charlas TED? Generalmente quien sube al escenario como speaker no tiene miedo al fracaso porque ya ha fracasado varias veces y es poco probable que el mundo lo vea como una vergüenza, es todo lo contrario. Cuántas películas hemos visto en las que los fracasos de los actores se convierten en la antesala de su éxito. La vida está llena de valiosos contrastes que incluyen emociones incómodas, negarlas no las desaparece, hay que tomar acción, ahí radica la necesidad de resignificar, de encontrar un nuevo sentido para “las palabras incómodas” que nos permita liberar el conflicto interno y empoderarnos. La empatía nos permite construir conexiones o puentes emocionales que nos llevan a empoderarnos como raza humana. 

¿Sabías que podrías estar perdiendo el 60% del tiempo de tu trabajo?

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Es una realidad innegable que luego de la llegada de la pandemia, nuestra forma de trabajar y los modelos de negocio sufrieron un embate tan profundo que los obligó a acelerar sin control para no ser absorbidos hasta desaparecer, como si de un hoyo negro se tratase. La transformación y la adaptación fueron conceptos que entraron en las conversaciones diarias y se convirtieron en habilidades fundamentales, que cada negocio debía integrar y desarrollar si querían sobrevivir. Sin embargo, el ritmo acelerado de transformación que las empresas adoptaron junto a sus colaboradores, puede que en la superficie parezca un acto heroico de supervivencia y adaptación, pero en el fondo, está causando estragos que tienen un costo muy alto. En un estudio llevado a cabo por Personia, se descubrió que la mayoría de los freelancers, pymes y empresarios, han sufrido una caída de hasta el 30% en su productividad, a pesar de estar trabajando más que nunca. Tal impacto se debe en gran medida al agotamiento mental y físico, producto de la hiperconectividad y el aumento abrupto de nuestras actividades con la llegada de la nueva era del trabajo. Asimismo, el último informe de la anatomía del trabajo hecho por Asana, encontró que los profesionales invierten hasta el 60% de su tiempo laboral en los pormenores de su trabajo, es decir, a las actividades que no aportan valor real al negocio, a lo que le podemos llamar una auténtica pérdida de tiempo. Pero, por qué empresas y colaboradores están sufriendo este desgaste personal y caída de su productividad, cuando la verdad, es que estamos viviendo una época en la que estamos más ocupados que jamás en la historia. En realidad se trata de la ruptura del viejo paradigma de la administración del tiempo y la entrada de un nuevo enfoque de la gestión de la energía personal. En este sentido, al desconocer los principios de la gestión de la energía personal, es natural que enfrentemos desgaste individual y que los días se escapen de nuestras manos, dejando la amarga sensación de que hemos hecho demasiadas cosas para nada. Para empezar a solucionar esto, lo primero que debe hacer es conocer los 3 enemigos clave de la productividad en la actualidad: La distracción: Provoca que desatiendas las actividades importantes para que prestes atención a los estímulos del exterior. Cuando esto sucede, tu atención se desconecta y volver a concentrarte requiere de una enorme cantidad de tu energía vital. El desenfoque: Centra tu energía vital y esfuerzo en la dirección incorrecta y no hay nada que desgaste más que hacer muy bien lo que no nunca se debió haber hecho. La dispersión: Divide la atención entre múltiples actividades y si hay algo que debe apreciar, es su energía atencional. La dispersión hace que se desgaste en demasiadas tareas que no aportan valor real ni a ti, ni a tu negocio. Para empezar a vencer a estos 3 enemigos y esquivar el desgaste personal y su impacto en la productividad, enfócate en ejecutar muy bien las siguientes acciones: Establece expectativas claras a cada colaborador y ten las tuyas aún más claras. Mantén una comunicación constante y fluida con todo tu equipo. Ofrece y recibe coaching continuo. De esta forma evitarás que las personas, inclusive tú mismo, inviertan su tiempo en las tareas equivocadas. Lo que les permitirá utilizar de una forma más eficiente la energía vital de cada persona, a la vez que se optimiza el desempeño en tiempo real y provee un enfoque claro. Cuando aprendemos algo nuevo cambiamos nuestro mundo y cuando lo cambiamos estamos listos para nuevos aprendizajes. Te invitamos a aplicar esta información tanto en los negocios como en tu vida personal. Si te gustó este artículo compártelo en tus redes sociales.

¿En qué radica el poder de tu determinación?

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La ciencia del resultado menciona siempre un factor indispensable, una habilidad que nos permite mantenernos enfocados en un resultado u objetivo que deseamos lograr.  Al no desarrollar esta capacidad es muy probable que dejemos que la emoción de la frustración -muy común en un proceso de aprendizaje- tome el control desistiendo así del proceso que estamos realizando para alcanzar ese anhelo que tenemos. ¿Cuándo fue la última vez que te planteaste un objetivo?, ¿cuál fue?, ¿lograste cumplirlo? Llega un momento en nuestras vidas que hemos desarrollado estrategias o tenemos ya el conocimiento para obtener resultados de manera sencilla o con un esfuerzo moderado, pero los grandes sueños requieren mucho más trabajo del habitual para ser alcanzados; tal vez necesiten nuevos conocimientos, diferentes estrategias, una planificación más elaborada, mayores recursos o incluso de mucho más trabajo y sacrificio. Sea lo que sea solo podrás averiguarlo si tienes la determinación necesaria. En el cierre de una promoción de mi programa Master Speaker Skills, un participante destacó la forma natural y segura con la cual me comunico, como si fuera una virtud, cuando en realidad ha sido un talento que he decidido desarrollar; al escucharlo me conecté con todo el tiempo que le he dedicado a mi proceso de comunicación efectiva y surgió una respuesta automática, “todos pueden lograr lo que se propongan si están determinados a hacerlo”. Ser una persona determinada significa que estás comprometida con la meta que estás buscando, altamente motivada por los beneficios de poder alcanzarla y que decides tomar acciones hasta lograrlo. Quiero compartir contigo 3 claves que me han ayudado a ser determinado: 1.- Comprométete: Conecta con la verdadera intención o propósito detrás del objetivo, meta o resultado que quieras lograr, respóndete: ¿Qué voy a ganar al lograrlo? ¿A quiénes voy a beneficiar una vez que lo obtenga? ¿Cómo voy a sentirme al realizarlo? ¿Cuáles serían las consecuencias de no lograrlo? Teniendo claro esto podrás alcanzar la motivación e incluso inspiración para mantener tu enfoque. 2.- Sé compasivo: Es normal que en un proceso de aprendizaje sintamos frustración al no encontrar el camino más rápido o adecuado para hacerlo; me ayuda mucho tener en mente que cada intento realizado o fracaso me brinda un aprendizaje y que cada aprendizaje me genera crecimiento, que si todavía no logro esta meta es porque aún no soy la persona en la cual debo convertirme para realizarla. Con base en esto me enfoco en evitar criticarme o juzgarme, sino en identificar cuáles podrían ser las nuevas estrategias o tácticas que podría implementar y cuáles son las nuevas capacidades que debo desarrollar. Aquí debes responder: ¿En quién te estás convirtiendo al perseguir esta meta? ¿Cuáles son los aprendizajes que has obtenido? ¿Qué capacidades has desarrollado? ¿Cuáles son los sacrificios que has realizado? 3.- Sé estratégico: Busca alternativas diferentes o diversas, utiliza tu creatividad y usa tu disciplina de forma inteligente, recuerda lo que dijo Einstein, hacer lo mismo y esperar resultados diferentes es locura. Reflexiona: ¿Qué ha funcionado? ¿Qué has hecho bien? ¿Qué podrías hacer diferente? ¿Qué deberías dejar de hacer? La determinación es la clave del éxito y todos podemos adquirirla si sabemos entender su importancia y la forma en la cual manejarla. Aplica las recomendaciones y acércate cada vez más a tus metas. Mientras más grande es la meta, más grande debo ser yo. Cuando aprendemos algo nuevo cambiamos nuestro mundo y cuando lo cambiamos estamos listos para nuevos aprendizajes. Te invitamos a aplicar esta información tanto en los negocios como en tu vida personal. Si te gustó este artículo compártelo en tus redes sociales.

Las 7 fases por las que tu equipo puede atravesar

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¿Qué tan frustrad@ te sientes cuando eres parte de un equipo que no logra los resultados esperados? Tener objetivos en la mira sin el control de las acciones ajenas, puede producir estrés, desgaste o malestar a varios miembros del equipo, debido a que el trabajo colaborativo que es efectivo requiere de que varios componentes sean combinados estratégicamente, sin que queden al azar, es muy peligroso asumir que en el camino los desajustes se arreglarán solos. Resulta básico no confundir grupo con equipo, porque es ahí donde radica el primer problema, hay que tener claro que el primero puede convertirse en el segundo cuando se cumplen estas 3 condiciones: Establecer vínculos asociativos Fijar metas comunes Romper sus limitaciones personales Que un equipo logre un alto desempeño es un indicador importante de una buena planeación y monitoreo, pero ¿qué hacer cuándo esto no está sucediendo?, ¿qué herramienta puede servir de guía para corregir situaciones que están impidiendo el logro de objetivos? Estas son preguntas básicas que se han considerado en el siguiente modelo, que te permitirá entender la situación para tomar las decisiones de acompañamiento o liderazgo según lo requiera la fase por la cual está pasando el equipo. Los modelos de formación de equipos y el estudio de su comportamiento han intentado explicar las etapas de transición de grupos a equipos sólidos. Los conceptos de formación, conflicto, normalización y desempeño del modelo de Tuckman (1965), fueron la base para comprender y establecer a los equipos y el punto de partida para otros. El Team Performance Model desarrollado por Drexler & Sibbet (1988) busca explicar desde un cambio de paradigma cómo los equipos se conforman para llegar al “alto desempeño”. Cada etapa que atraviesan permite resolver las diferentes inquietudes que las personas llevan consigo al iniciar un proyecto en conjunto.  Los siguientes 7 elementos que te presento a continuación, representan las inquietudes que los miembros del equipo tienen al trabajar juntos, al revisarlos podrás identificar en qué fase está tu equipo. PRIMERA FASE: ORIENTACIÓN. Al ingresar a un equipo las personas tienen incertidumbre, buscan saber de qué se trata su nueva experiencia, cómo se hacen las cosas y su rol. La motivación personal es vital en el descubrimiento del propósito del equipo. Cada persona debe sentir una razón profunda para estar ahí y que su trabajo tiene un sentido. Si las personas consideran que sus habilidades e intereses se alinean, sentirán pertenencia. ¿Qué hacer? Tener listas todas las respuestas antes de que surjan las preguntas y guiar a los miembros en su proceso de adaptación.   SEGUNDA FASE: CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA. Crear un ambiente de trabajo en el que haya apoyo mutuo requiere confianza. Gente con diferentes antecedentes e historias deben formar nuevos lazos de comunidad con el equipo para tener una comunicación efectiva donde se decida en base a información real e intereses comunes. ¿Qué hacer? Propiciar actividades que estimulen este acercamiento. TERCERA FASE: CLARIFICAR LAS METAS. Se requiere organizar los roles individuales y los objetivos a cumplir como equipo. Los anhelos personales de sus miembros deben ser compatibles con la organización sin estar en una agenda paralela. Es vital establecer los objetivos a corto y largo plazo y cómo se ve la culminación del proyecto, a través de metas medibles y evaluables que puedan servir como hitos en su desarrollo. ¿Qué hacer? Conocer los sueños individuales y crear espacios para evidenciar su alineación a los objetivos organizacionales. CUARTA FASE: COMPROMISO. Una planificación rigurosa junto al compromiso, pueden encaminar al equipo hacia el alto desempeño y la libertad. Sus miembros tienen la claridad sobre sus roles, cómo desenvolverse, hacer uso de los recursos limitados y cómo trabajarán en conjunto (toma de decisiones, reuniones, apoyo). ¿Qué hacer? Incentivar las nuevas ideas de hacer las tareas, abrir espacios de colaboración creativa.  QUINTA FASE: IMPLEMENTACIÓN. Se busca ejecutar los procesos previamente establecidos de forma fluida según la programación. Las secuencias de las actividades y los procesos tanto individuales como grupales deben encajar para lograr una implementación exitosa; la disciplina y la organización son competencias claves (PERFORMANCE). ¿Qué hacer? Realizar  actividades que evidencien y reconozcan los logros. SEXTA FASE: ALTO DESEMPEÑO. Involucra procesos e interacciones entre los miembros del equipo de manera que su trabajo en conjunto les permita adaptarse fluidamente a cualquier eventualidad. Las relaciones sientan las bases de la sinergia necesaria para proyectar lo mejor de manera individual y colectiva, sobrepasando los resultados esperados. ¿Qué hacer? Abrir espacios de celebración y feedback positivo . SÉPTIMA FASE: RENOVACIÓN. No solo ocurre al finalizar un proyecto, los cambios en los equipos son continuos, los integrantes pueden cuestionarse sobre su propósito dentro del proyecto y el valor en sus vidas. Al concluir un proceso, estas preguntas son más frecuentes. De alguna manera en esta etapa se regresa a la primera en búsqueda de un propósito para continuar o si es el caso cambiar o dejar lo que se ha venido haciendo. ¿Qué hacer? Estar preparados para las nuevas preguntas que pueden surgir en esta fase y guiar al equipo en esta nueva incertidumbre. Como vez en el gráfico en cada fase hay 3 cosas por resolver, que al no hacerlo tiene repercusiones en el equipo.  En mi experiencia como consultor y trainer corporativo puedo afirmar que cada fase tiene una gran importancia y que la falta de gestión efectiva impacta en el desempeño de todo equipo.  En caso de que existan factores que impidan el desarrollo del equipo, simplemente hay que identificar a qué fase pertenece y determinar las acciones correctivas para lograr una alineación que permita alcanzar los objetivos establecidos.  Si te gustó este artículo compártelo en tus redes sociales.

¿Es el mindfulness la nueva cura para el estrés?

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¿Estás buscando nuevas formas de lograr tranquilidad y equilibrio personal?  Como seres humanos vivimos en una constante búsqueda de mejoramiento en varios aspectos. Para muchos, vivir saludablemente en todos los niveles se vuelve un reto que requiere nuevas elecciones y hábitos constantes. Hoy la ciencia habla del Mindfulness, como la capacidad universal y básica que consiste en la posibilidad de estar consciente de las sensaciones del cuerpo, los contenidos de la mente, los sentimientos y las circunstancias externas del momento presente. Conocida como atención plena, es una manera de conectarte con un espacio de tranquilidad y serenidad que siempre está en ti, aunque usualmente estás desconectado de ese espacio.  El Mindfulness va dirigido a cualquier persona que tenga como objetivo tener una mente más sana, menos agitada y equilibrada. El ritmo de vida actual no nos da un respiro y es habitual la sensación de haber hecho muchas cosas, pero de no haberles prestado ni el tiempo ni la atención que merecen a las que realmente importan: nuestros proyectos personales, los hijos, la pareja, los amigos, nuestro cuidado personal.  Su práctica aporta las herramientas para conectar con lo que es realmente importante para cada uno y encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente, que solemos perder a causa del estrés. Para hacerlo, esta técnica nos permite estar  en plena consciencia a través de ejercicios de focalización de la atención, con movimientos conscientes, habitualmente usados en el yoga y la meditación. ¿Qué beneficios aporta su práctica en el ámbito laboral?  La ciencia ha evidenciado que el Mindfulness es beneficioso en 3 ámbitos: el bienestar personal, la eficacia y las relaciones personales. Según diversos estudios, su práctica reduce los síntomas relacionados con el estrés hasta un 41%, siendo especialmente efectivo en casos de ansiedad (-59%), depresión (-56%) y hostilidad (-56%).  En los últimos años, la meditación se ha popularizado en el mundo de los negocios y son muchos los empresarios que reportan que el principal enemigo de su desempeño no es la falta de conocimientos, sino la gran dificultad que tienen para mantenerse enfocados y creativos todo el día, todos los días.  La meditación es la nueva cafeína, la gasolina que desbloquea los procesos productivos y dispara la creatividad. Atrás quedó el sello místico y espiritual de oriente, allí se habla de neuroplasticidad y entrenamientos cerebrales.  ¿Qué es lo que puedes ganar con la práctica del Mindfulness? Mejorar tu atención Reducir tu estrés y ansiedad Mejorar tu sistema inmunológico Lograr mayor resiliencia y regulación emocional Desarrollar mayor creatividad Reducir el cortisol (hormona asociada al estrés) Las 2 creencias erróneas del Mindfulness Una de las más frecuentes es creer que consiste en poner la mente en blanco.   Cuando alguien con esta creencia practica Mindfulness correctamente por primera vez, se lleva una gran impresión.  La segunda idea equivocada más frecuente es pensar que Mindfulness es una filosofía hedonista que consiste solamente en vivir en “el aquí y el ahora”. Aunque el Mindfulness nos ayuda a centrarnos en el presente su objetivo es mucho más profundo que una visión tan simplista. El Mindfulness y las distracciones Quizás no nos demos cuenta, pero en general, nuestra atención es muy pobre y deficiente a lo largo del día y no tenemos mucho control sobre ella porque experimentamos constantes distracciones a cada momento. Practicar Mindfulness consiste en darnos cuenta de esas distracciones y mantener nuestra atención en el momento presente de forma intencional. Para lograr esto utilizamos un objeto en el cual enfocar nuestra atención, como, por ejemplo, la propia respiración. Aunque esto puede parecer sencillo o superficial, en realidad, la capacidad de mantener nuestra atención en la respiración durante diez, cinco o incluso un minuto no es fácil y requiere de mucha práctica. Para practicar Mindfulness necesitamos usar diferentes procesos cognitivos, como por ejemplo: atención, lenguaje, memoria, autorregulación emocional, metacognición (la capacidad de auto observación mental), entre otros. ¿Te animas a probarlo?

5 Motivos para que un CEO aplique mindfulness

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Una de las tendencias más sorprendentes y prometedoras en los negocios de hoy es el aumento de la atención plena en el lugar de trabajo. No sorprende encontrarse con que la popularidad de la atención plena también esté extendiéndose entre los directores ejecutivos, CEOs y altos ejecutivos, tal como se refleja en las revistas financieras de mayor prestigio a nivel mundial como: New York Times o Forbes. ¿Por qué los líderes empresariales prefieren la meditación en lugar del masaje o el ejercicio físico?  La razón es porque definitivamente hay algo en la práctica de Mindfulness que parece beneficiar a los CEOs más que el entrenamiento físico y otros tipos de relajación. Los especialistas en entrenamiento Mindfulness para empresas afirman que el creciente interés entre los líderes empresariales por este tipo de prácticas se debe principalmente a los beneficios que les ha proporcionado, entre los cuales se encuentran: el desarrollo de habilidades de liderazgo, comprensión, apertura y optimismo. La investigación sobre la atención plena concluye que el entrenamiento de Mindfulness produce una mejora en 3 capacidades que son claves para el liderazgo exitoso en el siglo XXI: la resiliencia, la capacidad de colaboración, la empatía y la capacidad de conducirse en condiciones complejas.  5 beneficios del Mindfulness para los CEOs: Construye su resiliencia: Múltiples investigaciones han demostrado que su práctica puede disminuir la ansiedad y aumentar la resiliencia, esa capacidad de afrontar situaciones difíciles, recuperarse de la adversidad y mantener el rendimiento bajo estrés. La atención plena debilita la cadena de asociaciones de pensamientos que mantienen a las personas obsesionadas con sus problemas o errores, lo que aumenta la probabilidad de que intenten de nuevo con más éxito. Estimula su inteligencia emocional: Diferentes estudios de psicólogos y científicos cognitivos han confirmado que la atención plena ayuda a fortalecer la capacidad para regular las emociones, beneficiando a los líderes modernos que, entre otras cosas, deben manejar su ira, demostrar empatía y colocarse en los “zapatos ajenos” para una mejor relación con los equipos de trabajo. Mejora su creatividad: En estas áreas se demuestra que la práctica regular de atención plena fortalece las capacidades de decisión frente a momentos cruciales ya que facilita la observación y percepción de lo que se piensa y se siente. La meditación centrada en la atención plena ejerce un efecto sobre la creatividad; induce un estado de control que promueve un pensamiento divergente, que permite generar muchas ideas nuevas y apoya el pensamiento convergente, el proceso de generar una solución posible a un problema particular es un componente clave de la creatividad. Los líderes obtienen mejores percepciones y avances cuando están en un estado mental meditativo y relajado, donde encuentran sus momentos “eureka”. Mejora sus relaciones: Mientras que el estrés laboral disminuye la resiliencia y reduce la empatía, impactando negativamente en el rendimiento, las prácticas de Mindfulness mejoran sus relaciones ya que a través de ellas se desarrolla la escucha efectiva, mejor comunicación y el sentido de conexión con los demás, para una mayor respuesta ante las necesidades y preocupaciones de empleados, colegas y empleadores. Ayuda a su concentración: Se ha demostrado que la mente de las personas tiene una tendencia a vagar alrededor del 50% del tiempo. Si sumamos a esto las interrupciones de trabajo, los mensajes de texto, las llamadas telefónicas y correos electrónicos, no es ninguna sorpresa que los empleados tengan dificultades para mantenerse concentrados. No obstante, la práctica de atención plena es capaz de moderar significativamente la tendencia a la distracción, consolidando la capacidad de permanecer centrado e incluso intensificar la memoria.  Los líderes empresariales están cambiando su manera de ver las corporaciones y reconocen que el verdadero beneficio del negocio se hará realidad si sus directores se encuentran más tranquilos, comprensivos, reflexivos e inspiradores. Como cualquier actividad beneficiosa, destacan que la regularidad de la práctica es clave y concluyen que la práctica de atención plena no crea lugares de trabajo utópicos, aunque podría hacerlo, pero sí produce mejoras mensurables en el bienestar de los trabajadores, que se traducen en mejoras de las compañías. Cuéntame… ¿cuáles de los beneficios mencionados son los que más te interesa obtener? El Mindfulness es una práctica que está beneficiando a muchas personas en el mundo.¿Cuándo la empezarás a probar?

El desempeño consciente como la clave de una productividad equilibrada

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¿Es posible alcanzar una alta productividad en el trabajo sin sacrificar la salud y las relaciones familiares y sociales?  Durante muchos años estuve en mi modo “bruto pero decidido”, pensaba que si deseaba algo, le ponía todo mi enfoque y era perseverante, lo iba a alcanzar. De esa forma logré muchas cosas pero el precio que pagué fue alto, desconexión con mi familia, amigos y pareja, mi salud se deterioró y mis niveles de energía bajaron mientras subía el estrés, pasé por una fuerte depresión que me llevó a replantearme en la forma en la cual estaba viviendo.  Sin embargo, siempre me he considerado una persona ambiciosa, exitosa, que le gusta crecer y superar retos. Entonces me surgió la duda de si es posible mantener estos rasgos de personalidad y al mismo tiempo ser pleno, equilibrado, espiritual y próspero.  Muchas corrientes de bienestar hablan de soltar las expectativas, vivir el momento, no enfocarse en el futuro, apreciar y no desear más de lo que tienes. Me gustaba la idea pero no resonaba con quien quería ser. Así qué empecé un nuevo viaje para encontrar una nueva fórmula que me permitiera vivir en equilibrio mientras alcanzaba mis más altas aspiraciones. Una persona productiva es capaz de gestionar su capacidad de enfoque, sus características físicas, emocionales y cognitivas de forma estratégica para crear tácticas que le permitan alcanzar resultados de forma efectiva. Sin embargo, si esa persona no cuenta con seguridad y bienestar no podrá alcanzar un máximo desempeño.  Crecer y progresar de manera integral en todos los aspectos de la vida, es una necesidad. Al no lograr un equilibrio y crecimiento integral surge una descompensación que se evidencia en problemas que aparecen cuando las situaciones no están según ciertas expectativas o estándares. El poder alcanzar resultados en todas las áreas relevantes de nuestra vida de forma consistente es un reto muy desafiante que requiere de aprendizaje y del continuo desarrollo de habilidades.  ¿Cuáles son las áreas de tu vida más relevantes?, ¿En cuáles sientes que necesitas mejorar?, ¿Qué te hace falta aprender para lograr mejores resultados?, ¿Qué nuevas herramientas te ayudarían en tu proceso?, ¿Hay armonía entre tu trabajo y las demás áreas? Son algunas de las preguntas que tuve que responder para poder desarrollar un concepto fundamental que es parte de la metodología de Caminer Mentorship, que aplicamos en sesiones de mentoría y coaching tanto a nivel personal como empresarial. El Desempeño Consciente ¿qué es? Es la metodología creada y aplicada por Caminer Mentorship en las consultorías empresariales y en las mentorías individuales; en ella hemos combinado una serie de modelos, técnicas, herramientas e indicadores para que los líderes, sus equipos y profesionales en general puedan alcanzar un alto desempeño, una vida equilibrada con bienestar, además de la confianza necesaria para sostenerlo en el tiempo.  En el Desempeño Consciente tomamos en cuenta 3 aspectos sobre los resultados, los mismos que  deben: Sobrepasar el promedio estándar: Menos de ello indica problemas en el rendimiento. Ser consistentes: Esto demuestra que hay constantes que se pueden seguir manteniendo. Darse  en todas las áreas importantes de la persona: Las prioridades cambian según cada individuo al igual que su enfoque. Aunque suene muy desafiante, el Desempeño Consciente es posible, solo requiere tener claridad en sus pautas. ¿Es posible alcanzar el alto desempeño pese a los desafíos que presenta la nueva realidad que estamos viviendo?  Claro que sí, cuando se tiene claro cuáles son los 3 pilares a desarrollar y qué desafíos abarca cada uno, con el fin de conocerlos y trabajar en ellos con el fin de alcanzar ese desempeño óptimo e integral; estos pilares son:  Empoderamiento: Es el estado de certeza, seguridad y coherencia que una persona puede tener cuando hay coherencia entre su propósito y misión, tiene un autoliderazgo claro e influencia. Bienestar: El equilibrio de una vida próspera y plena abarca la salud física, emocional y mental de un individuo, a través de los 7 dominios del ser:  la espiritualidad y la contribución; la riqueza financiera; el trabajo; el manejo del tiempo; las relaciones personales y profesionales; la mentalidad y gestión emocional; y la salud, energía y vitalidad. Productividad: La capacidad de partir de una intencionalidad y enfoque claros, para planificar, organizar, crear estrategias, ejecutar acciones y desarrollar hábitos de tal forma que se logren resultados extraordinarios. Cada uno de estos 3 pilares está construido y desarrollado sobre un modelo integrado por una serie de elementos interconectados, que deben ser intervenidos de manera sistémica; es ahí donde la aplicación del Desempeño Consciente, como metodología que logra resultados de gran impacto a nivel empresarial y personal. En los siguientes artículos iremos ampliando más esta información.

7 Componentes de la productividad alineados al desempeño consciente

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¿Ser productivo depende del tiempo invertido o de la forma en la que trabajas? A mis 21 años empecé siendo un emprendedor lleno de energía y con una gran motivación. Luego de varias experiencias pude concluir que mis ganas y mi disciplina eran insuficientes para lograr mis objetivos, además estaba sacrificando mi tiempo personal para trabajar y trabajar. Ser productivo y estar ocupado no es lo mismo. Si inviertes mucho esfuerzo sin obtener resultados, es probable que estés atrapado en esta confusión.  Una creencia importante que me costó cambiar fue pensar que al estar ocupado todo el día, estaba siendo productivo. Aunque sentir la adrenalina de estar a mil, involucrado en una serie de proyectos y programas fue muy estimulante, con el tiempo descubrí que tal como estaba manejando mis negocios, no estaba acercándome a mis metas, considerando además que  mi capacidad de gestión estaba a tope. Entendí que la productividad se mide por los resultados que podemos lograr, no por el tiempo que le dedicamos a una tarea. Y desde allí empecé a dar mi tiempo y energía de forma más selectiva.  ¿Qué estarías dispuesto a hacer para lograr tus objetivos sin sacrificar tu bienestar?  Todos queremos lograr metas y conseguir objetivos, pero dejar esto al azar es la decisión menos recomendable, hay que hacer que las cosas que queremos pasen y ello requiere aplicar lo que ya ha sido probado y comprobado. En este momento te invito a tomar decisiones enfocadas y estratégicas, basadas en los modelos desarrollados en Caminer Mentorship. Conjuntamente con el bienestar y el empoderamiento, la productividad es uno de los 3 pilares del Desempeño Consciente, que combina los 7 elementos, que los voy a detallar a continuación, te invito a analizarlos en tu parte personal o en la profesional:   Intencionalidad: Inicia por definir un direccionamiento, basado en la visión, misión, objetivos y metas, en conexión con tu propósito personal y/o profesional, junto con la energía emocional necesaria para impulsar todo lo anterior, pregúntate, ¿Cómo me veo a mí o a mi organización en algunos años?, ¿Qué debo hacer para que eso se vuelva realidad?, ¿Qué quiero lograr en parámetros que sean medibles?, ¿Cómo necesito sentirme para acompañar todo este proceso?  Es fundamental formular cada respuesta de manera clara y concisa. Estrategia: A partir del análisis de la realidad existente, mira tus fortalezas y oportunidades -como profesional o como organización- al igual que tus debilidades y amenazas, todo ello alineado a una intencionalidad (y todos los elementos que esta incluye), con el fin de establecer las tácticas según las metas. ¿Qué me hace ser bueno a mí o a mi organización en algo?, ¿Qué está pasando en el mercado de mi interés que puedo aprovechar en este momento?, ¿Qué características mías o de mi organización no apoyan este proceso? todas estas respuestas deberán estar alineadas al punto anterior. Planificación: Realizar un plan de acción con una proyección a futuro es vital para que las cosas ocurran. Requieres gestionar las tareas en el tiempo de forma ordenada y conectada, para ello están disponibles una serie de modelos y herramientas que facilitan todo el proceso de inicio a fin. Tomando como base los 2 puntos anteriores ¿Qué herramientas y modelos me pueden facilitar mi planificación?, ¿Dónde puedo aprenderlos para aplicarlos?, ¿Qué necesito mirar y no lo estoy haciendo? Organización: Debes administrar tus tareas, priorizar y diferenciar lo urgente de lo importante y gestionar tu energía de forma efectiva para una excelente ejecución. Si tuviéramos que hacer todo en el mismo momento, colapsaríamos en el intento, así que vale tener claro, ¿qué es lo que puede esperar y lo que no?  Para esto te recomiendo utilizar la matriz de Eisenhower. Ejecución: Elige las técnicas y herramientas más idóneas para llevar a cabo las tareas de forma efectiva, manteniendo 3 ingredientes: concentración, disciplina y perseverancia. En esta parte se visibiliza tu esfuerzo previo, no puedes lograr una buena ejecución sin haber cumplido con los puntos anteriores, si esta no sale bien, se requiere hacer ajustes en los pasos previos. Hábitos: Es vital implementar acciones consistentes que te permitan alcanzar resultados sostenibles en el tiempo, manteniendo una práctica inteligente y disciplinada. ¿Has pensado que cada persona es el resultado de sus hábitos cotidianos? Así es, por lo que es muy válido examinar qué hábitos te están ayudando, cuáles te están perjudicando y cuáles no estás practicando. Monitoreo: Revisa los resultados obtenidos junto a los procesos, evaluando lo que debes mantener y lo que debes replantear. El proceso nunca termina porque hay una valiosa retroalimentación que nutre el proceso y brinda evidencias de los avances y retrocesos, así que siempre vale que te preguntes ¿estoy satisfecho con los resultados obtenidos?, ¿en qué podría mejorarlos? Es importante tener clara la diferencia entre lo que resulta difícil, complejo e imposible; lo primero y segundo son posibles, a medida de que quien esté interesad@ tenga la voluntad de desarrollar las habilidades requeridas sobre un mapa estratégico de acciones basadas en objetivos claros y esté dispuesto a invertir el esfuerzo que amerita, ¿qué vas a hacer con la información que acabas de recibir?

El ritual antes de un descanso profundo

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 ¿Sientes que tu cuerpo descansa pero no tu mente? ¿Te levantas más cansado que cuando te acostaste el día anterior? Yo recuerdo que para ir al colegio, mis padres se levantaban muy temprano y ellos eran mi mejor despertador, ellos se levantaban antes de las 05:30, pero para mí era impensable abrir los ojos antes de que el sol haya salido. Luego de una larga jornada llegaba la noche y mis padres siempre me decían que el descanso es uno de los momentos más importantes del día porque nos prepara para el siguiente. A esa edad no entendía lo importante que resulta cultivar buenos hábitos, inclusive pensaba que el descanso era para los perezosos. Cuando empecé como emprendedor, me sentía dueño de mi libertad y mi energía, consideraba que el descanso no era tan importante, inclusive decía “ya descansaré cuando muera”, pensado que mi mejor decisión era aprovechar el día al máximo, lo que implicaba ser productivo durmiendo lo mínimo posible. Cuando me interesé en estudios neurocientíficos, cambió mi perspectiva, aprendí que no descansar y no terminar bien mi día afecta mi desempeño al día siguiente, que provocaba cansancio, falta de energía y enfoque, lo que afectaba también a mi carácter y por ende a mis gestión como líder de equipo. Esta experiencia me llevó a elegir rutinas que me lleven a disfrutar de un buen final del día y con ello estar preparado para el siguiente. Antes de la irrupción de la tecnología en nuestro descanso, a través de alarmas o de estímulos que nos mantienen despiertos, el sol era la máxima referencia de cuándo debíamos despertar y en qué momento ya teníamos que prepararnos para ir a dormir. Nuestros ciclos de sueño se empezaron a alterar al utilizar lámparas de gas y energía artificial para trabajar por la noche. Como sabemos, los ritmos circadianos regulan los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día.  El  hipotálamo es la parte del cerebro encargada de este reloj biológico. Aunque lo que menciono puede sonar algo técnico, actualmente con el avance de las neurociencias resulta de vital importancia conocer estos procesos. Las señales del hipotálamo viajan a diferentes regiones del cerebro que responden a la luz, incluída la glándula pineal. En respuesta a la luz, como la luz solar, la glándula pineal suspende la producción de melatonina, una hormona que provoca la sensación de somnolencia. Los niveles de melatonina en el cuerpo suelen aumentar después de que oscurece, lo cual hace que sintamos somnolencia. El cambio en la melatonina durante el ciclo sueño/vigilia refleja los ritmos circadianos. El hipotálamo también controla los cambios en la temperatura corporal y la presión arterial que ocurren durante el sueño. Dado que los ritmos circadianos son controlados por la luz, la luz artificial afecta considerablemente en ellos. Con la ausencia de la luz la melatonina empieza a producirse y en 1 a 2 horas envía la señal al cuerpo para dormir.  ¿Por qué es necesario desarrollar buenos hábitos y mantener una rutina antes de dormir? El ser humano es el resultado de sus hábitos, porque son comportamientos que se repiten casi automáticamente, así que si bien al inicio se requiere de cierta consciencia para elegirlos y luego cierto esfuerzo para mantenerlos, los resultados a largo plazo valen la pena. Te recomiendo algunos hábitos saludables que preparan para conciliar el sueño: Este es un corto listado de opciones como sugerencias para que puedas armar tu propia rutina personal, existen muchas más que puedes probar, así que no importa cuáles elijas, lo vital es que funcionen para ti y te preparen para que tu sueño sea reparador. Recuerda que el desafío es poner en práctica nuestros conocimientos. 

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