
«No hay éxito que valga la pena si lo logras sacrificando tu salud y tu vitalidad.»
Durante muchos años de mi vida, estaba absolutamente enfocado en alcanzar el éxito. Cumplí metas que en su momento parecían sueños imposibles: reconocimiento internacional, empresas consolidadas, viajes, influencia. Pero hubo algo que no me enseñaron: el precio silencioso que puede tener alcanzar el éxito desconectado del cuerpo y de los ritmos naturales que nos dan energía.
Recuerdo claramente una etapa donde lo tenía todo en el ámbito profesional, pero me sentía apagado por dentro. No tenía energía, mis niveles de vitalidad eran bajísimos, y mi cuerpo me pedía a gritos una pausa. Eso también repercutía en mis estados de ánimo, la mayoría del tiempo está mal genio y apático. Esa experiencia me llevó a profundizar en uno de los temas que hoy son parte esencial de mi vida: cómo mantener una salud integral que potencie mi energía para hacer realidad mis proyectos, disfrutar mi vida y estar presente con quienes amo.

Descubrí que existen 8 pilares o principios fundamentales para recuperar y sostener altos niveles de salud y vitalidad. Son sencillos, pero profundamente transformadores si los llevas a la práctica:
-
- 1. Respiración consciente:
Es el hábito más subestimado y el más poderoso. La forma en la que respiras determina tu estado físico y emocional. Aprendí a usar la respiración como una herramienta para recuperar energía, para concentrarme, para gestionar mis emociones y sobre todo, para volver al momento presente. No por nada decidí certificarme como Breath Coach.
- 1. Respiración consciente:
-
- 2. Hidratación:
Tu cuerpo es energía líquida. El agua transporta nutrientes, oxigena las células y permite que tu mente se mantenga clara. Si estás deshidratado, tu cuerpo entra en modo de supervivencia. Ahora, empiezo mi día con agua con limón y sal marina para activar mi sistema y son consciente de mi hidratación durante todo el día. Cada célula lo agradece.
- 2. Hidratación:
-
- 3. Sueño y descanso:
Dormir bien no es negociable. Cuando dormimos mal, no solo estamos cansado, tomamos peores decisiones, somos más reactivos, y se debilita nuestro sistema inmune. Aprendí que mi productividad depende de cómo descanso. Ahora tengo rituales nocturnos para desconectar, sin pantallas, con música suave, journaling y respiración.
- 3. Sueño y descanso:
-
- 4. Alimentación consciente:
Comer no es solo llenar el estómago, es nutrir tu energía vital. Dejé de comer en piloto automático y empecé a escuchar a mi cuerpo. Aunque No sigo una dieta estricta, aplico Ayuno intermitente, sigo mi intuición y busco alimentos vivos, reales y coloridos. Lo que como se refleja en cómo me siento. Y eso cambia todo.
- 4. Alimentación consciente:
-
- 5. Movimiento diario:
Mover el cuerpo es mover la energía. Ya no entreno para verme bien, entreno para sentirme bien. Y eso hace toda la diferencia. A veces es trotar, otras es gimnasio, jugar Padel o simplemente caminar, y no tiene que ser perfecto, tiene que ser constante.
- 5. Movimiento diario:
-
- 6. Luz solar:
Pasar tiempo bajo el sol regula nuestro ritmo circadiano, estimula la producción de vitamina D y mejora nuestro ánimo. Cada día tomo unos minutos para caminar bajo la luz natural, sin gafas oscuras, con presencia. Es mi forma de cargar energía directamente desde la fuente.
- 6. Luz solar:
-
- 7. Contacto físico y afectivo:
Somos seres sociales. El contacto y el afecto no son un lujo, son necesidad fisiológica. Un abrazo consciente, una caricia, una charla desde el alma, todo eso libera oxitocina y nos equilibra. Aprendí que no basta con estar rodeado de gente, hay que conectar de verdad.
- 7. Contacto físico y afectivo:
-
- 8. Equilibrio energético:
Caminar descalzo sobre la tierra, tocar un árbol o sumergirme en el mar son prácticas que me permiten descargar la energía densa y recargarme con la fuerza natural del planeta La ciencia lo llama “grounding”, y lo practico cada vez que puedo. Te reconecta contigo mismo.
- 8. Equilibrio energético:
¿Qué Aprendí?
Que la calidad de nuestra vida está directamente relacionada con la calidad de nuestra energía. Y la energía no se improvisa, se construye. No se trata de hacer todo perfecto, se trata de tener rutinas efectivas que integren estos pilares de forma progresiva.
Te invito a hacer una revisión honesta:
¿En cuál de estos pilares estás fuerte?
¿En cuál necesitas enfocarte esta semana?
Recuerda, no es necesario transformar tu vida en un solo día. Comienza con una respiración consciente ahora mismo. Bebe un vaso de agua. Sal a caminar. Abraza a alguien desde el alma. Cada acción suma.
Tu vitalidad es el motor de tus sueños.
Cuídala. Hónrala. Entrénala.
Con presencia y energía,
Alejandro Caminer
